No hay nada que se asemeje a la apariencia y las prestaciones de la seda pura. Estas son las principales razones para invertir en un material auténtico.
Ni las mejores fibras sintéticas pueden capturar la calidad del brillo o la caída de la seda pura. En tejido o punto, siempre sienta bien, y su capacidad para adquirir colores intensos permite crear piezas elegantes y llamativas.
La seda se adapta a cualquier clima: con frío retiene el calor y ayuda a proteger el cuerpo. Con calor, elimina la humedad de la piel y la mantiene fresca y seca.
La seda es un material completamente natural. La estructura de sus proteínas hace que sea uno de los tejidos menos alergénicos y se pueda llevar directamente sobre muchos tipos de piel, incluso las más sensibles.
La seda tiene una resistencia a la tensión similar a la del acero y, de manera natural, no contrae ni manchas ni malos olores. No se deje engañar por el aspecto delicado del tejido. La seda es increíblemente resistente y duradera.